Categoría: Libro.
Cuando empecé a leer el diario de Ana Frank lo hice con tristeza, pues conocía el trágico final de su historia y de su vida. Pero a medida que avanza en mi lectura me fui dando cuenta de que Ana no fue una chica corriente, me fui dando cuenta de porque el diario de una joven de 13 años se había hecho mundialmente famoso.
Ana era una niña judía que vivía con sus padres y su hermana en Holanda, país ocupado por los alemanes. Tuvo la desgracia de vivir en la época mas horrorosa de la historia de la humanidad, la 2ª Guerra Mundial. Y todo el mundo sabe que era un judía para los alemanes en aquella época. Para no ser capturados la familia Frank tuvo que esconderse. Y es en este entorno en el que Ana escribe su diario dispuesta a confesárselo todo.
Cuando te metes en la mente de Ana a través de su diario es todo tan intenso que te envuelve en su mundo y te hace protagonista de sus penas y sus éxitos. Cualquier ser humano se entristece al leer las penurias que tuvo que pasar la joven Ana Frank, mas aun sabiendo que a nosotros no nos falta de nada en este mundo moderno.
Pero ella no nos ha dejado su legado para que nos lamentemos y lloremos por ella. Nos lo ha dejado para que reflexionemos y pongamos los medios que sabemos que tenemos para mejorar como humanidad.
A su corta edad su inteligencia era desbordante. Ana era una persona despierta, llena de vida, alegre, sensata, divertida, capaz de reconocer sus errores y siempre procurando corregirlos.
Se plantea muchos temas diversos sobre la vida, las personas, la naturaleza y Dios y a menudo sus respuestas son tan esclarecedoras que no seria escandaloso comparar a la propia Ana Frank con los mas sabios filósofos que pasaron por este mundo.
Y es que Ana era una pensadora, con autentica esencia de filosofa. Las inquietudes de la juventud de hoy dejan mucho que desear comparadas con las de la señorita Ana Frank.
Espero equivocarme en el titulo de esta reseña ya que seria muy penoso y desastroso para esta sociedad en decadencia si así no fuera.
